A finales del mes de marzo, Fundación Merced Querétaro lanzó una encuesta a manera de diagnóstico a todas las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) afiliadas con la intención de conocer de mejor manera cómo se encontraban posicionadas ante la serie de cambios ocasionados por la contingencia del COVID-19 y así poder tener un panorama de las condiciones, necesidades, y estrategias implementadas para afrontar el confinamiento. Los resultados de esa encuesta fueron publicados y sirvieron como insumos para la creación de seis conversatorios que permitieran reflexionar y debatir los resultados de la encuesta; hacer análisis de la realidad e imaginar estrategias narrativas que coadyuven a hacerle frente a la crisis ocasionada por dicha contingencia.
Las primeras 3 sesiones se destinaron a socializar la información recabada por la encuesta. Las y los participantes mencionaron en un principio que se sentían en cierta medida poco contemplados por las autoridades, algunas organizaciones externaron que el trabajo se había incrementado, pero no así las fuentes de ingreso como los donativos, cuotas de recuperación, crowdfunding o eventos de procuración de fondos. De hecho, todas las organizaciones que participaron en estos conversatorios coincidieron con que el impacto causado por la contingencia en lo económico, organizativo, emocional ha sido decisivo para sus organizaciones.
Las organizaciones encargadas del cuidado de adultos mayores e infantes coincidieron en que además de tener que reorganizar su trabajo, cancelar las visitas e incrementar las medidas de bioseguridad, han acrecentado sus gastos, ya que han tenido que invertir en materiales de limpieza e higiene y en el transporte del personal, cosa que no se tenía contemplado. También se mencionó que gran parte de las organizaciones dedicadas a dicho rubro se sienten vulnerables tanto en lo económico como en la salud física y emocional de beneficiarias/os y colaboradoras/es.
Otros tema que salió durante los primeros conversatorios fue el que las organizaciones pudieran contar con un fideicomiso o un fondo emergente que les permita obtener recursos económicos al presentarse cualquier contingencia y así no limitar la operación de las mismas. Se comentó que los fideicomisos suelen ser atractivos para las empresas por el tema de los controles y la transparencia con la que se manejan, pues es una razón de certeza en la inversión del capital.
En los conversatorios destinados para el análisis de la realidad, se compartieron algunas reflexiones, las más consensuadas fueron que a partir de la contingencia estamos teniendo nuevas formas de relación familiar y que es necesaria la creación de estrategias de organización e intervención. Finalmente se concluyó que a raíz de esta pandemia será necesario volver a hacer diagnósticos que permitan mejorar el trabajo de las OSC y que es necesario presionar a los distintos órdenes de gobierno para que las OSC sean apoyadas por el Estado.
El último conversatorio destinado para la compartición de estrategias narrativas tuvo muchas conclusiones, mismas que tuvimos que dividir en cuatro grandes grupos: Presente, Sueños, Retos y Estrategias. El Presente trató sobre la realidad actual de las organizaciones donde se mencionó que no han sido apoyadas por el gobierno federal y que hay cierta desconfianza por parte de la sociedad y gobierno hacia las OSC´s, por otro lado, han habido cambios importantes en las organizaciones como la migración tecnológica y la restructuración de actividades. En la parte de los Sueños se coincidió en disminuir la desacreditación y/o desconfianza hacia las OSC, lograr el reconocimiento por parte del gobierno; aportar herramientas para poder reinventar y reorganizar las OSC; permanecer y encontrar la estabilidad financiera. En la parte de los Retos se coincidió en que es importante sensibilizar a la sociedad y gobiernos desde la empatía; generar algún tipo de empresa o negocio que permita la autogestión de las organizaciones o la disminución de la dependencia de los donativos. En la parte de las Estrategias se consideró importante enarbolar la solidaridad, honestidad, empatía y amor como valores estratégicos; generar nuevos modelos de negocio e intervención; fijar un rumbo de alianza entre organizaciones, empresas y sociedad civil y generar una narrativa esperanzadora que permita ir cambiando paradigmas.
Finalmente, podemos concluir que las OSC están conscientes de que son una fuente generadora de cambio, con muchas oportunidades de posicionar temas relevantes para la transformación de una sociedad más justa y equitativa; a pesar de que la situación económica actual ha afectado la gestión, administración y operación de las organizaciones obligándolas a modificar e innovar sus modelos de trabajo y atención.